viernes, 5 de diciembre de 2008

125 pesetas

Últimamente ando un poco decaído, la tristeza se ha vuelto a colar en mi vida, espero que sea sólo una visita pasajera.

El caso es que por una vez no voy a acudir a mi blog a escribir una entrada deprimente. No, esta vez voy a sacar del armario de mi memoria un recuerdo al que le tengo mucho cariño, uno de esos recuerdos que echa raíces y ni el viento más fuerte puede llevarse, de ésos que permanecen hasta el final y que de vez en cuando salen a la superficie. No es gran cosa pero para mí tiene algo especial....


Tenia 7, 8... 9? años, no lo recuerdo exactamente. Desde pequeño he tenido una memoria asombrosa, sin embargo tenía lagunas, olvidaba algunas cosas, en algún lugar de mi memoria había un pequeño agujero por donde se fugaban.

Creo que iba a 4º curso, la profesora llevaba varios días detrás de mí porque se me había olvidado traer el dinero para pagar.... para pagar, qué? Oh, no lo recuerdo, importa acaso?

No sé cuántas veces se me olvidó hasta que llegó aquel día, varias veces supongo.


Acabábamos de entrar a clase y de repente la profesora pronunció mi nombre y yo me levanté (como mandaba el protocolo). Entonces me preguntó si por fin había traído el dinero... no me podía creer que se me hubiera olvidado otra vez! Simplemente no lo podía creer! Me sentí tan mal que le dije que sí, que lo había dejado encima de su mesa justo al entrar del recreo (cinco minutos antes). Ella miró encima de su mesa y oh! sorpresa, allí no había nada (nada por aquí, nada por allá).

La profesora me dijo que no había nada y yo le dije que sí, que nada más entrar lo había dejado en su mesa. Ella empezó a preguntar si alguien lo había visto... para entonces yo estaba de los nervios, no podía creer que estuviera haciendo algo así, me sentía fatal.


Debo decir que yo era, posiblemente, uno de los alumnos más buenos de todo el colegio, de los que no habían roto un plato en su vida. La profesora siguió buscando y preguntado quién había cogido mi dinero. Me preguntó, creo, si estaba seguro de haberlo dejado. Creo que llegó un momento en el que estuve a punto de "rendirme". Entonces, un compañero llamado "A" levantó la mano y dijo, "sí, yo lo he visto dejar el dinero". Me quedé alucinado, por poco se me escapa un "¿en serio?". Si había alguien más bueno que yo en todo el colegio ése era él, "A". Ante esto la profesora no podía hacer nada y, por si fuera poco, una chica llamada "M.P" levanto su mano y dijo, "sí, yo también he visto como lo dejaba".


"¡A ver si realmente lo he dejado y no me he dado cuenta!", pensé.


Me quedé alucinado, y un poco trastornado también. No recuerdo cómo acabó todo, la profesora lo dejó estar pero no castigó a la clase por culpa de el que había "robado" el dinero, quizá se olía algo.


Por cierto, creo que eran 125 pesetas, más o menos.


Después de aquello nunca le pregunté a mis dos "testigos" presenciales por qué lo hicieron, ni ese día, ni al día siguiente, ni nunca... jamás.

Quizá, de alguna manera, me di cuenta de que ellos, en realidad, SÍ creían que yo había dejado el dinero, al fin y al cabo apostaban a caballo ganador, alguien como yo no mentiría en una cosa así, no necesitaron ver para creer. Por esa razón, supongo, nunca les dije nada. No quería ver la decepción en sus ojos, que habían mentido por un mentiroso. O quizá no les dije nada porque en cuanto terminó la clase me fui a jugar al fútbol con mis amigos y lo olvidé, al fin y al cabo era un niño y la moral, la decepción.. eran conceptos ajenos a mi existencia.


No mentí por ahorrarme 125 pesetas, lo hice por miedo, porque el miedo nos lleva a actuar así, porque a veces preferimos avanzar a trompicones que retroceder, porque a veces no queremos reconocer que una vez más se nos ha olvidado el dinero, que hemos vuelto a fallar.


Al día siguiente le llevé el dinero a mi profesora pero no lo aceptó.


Han pasado muchos años de aquello y aunque he intentado no romper ningún plato creo que alguno se me ha caído, sin querer, al suelo. Pero, ¿quién no ha roto un plato alguna vez?.
Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver.

Proverbio judío

17 comentarios:

Leeeti dijo...

¡Que buen comentario Israel! Me encantan las historias de cuando eramos pequeños. muchas de ellas nos enseñan que actuamos sin ningún tipo de patron y que ahora mismo sería impensable que hiciéramos eso o aquello. Tengo que abrir el baúl yo tambien a ver que encuentro y puedo escribir en mi blog.
un saludo

Maribel dijo...

Impactante entrada, Israel. Me ha encantado, porque creo que todos tenemos desde pequeños nuestras grandes mentiras ocultas... me has hecho recordar un incidente en un tobogán: una niña estaba arriba del todo, para tirarse, pero no lo hacía... se estaba chuleando de que era la "dueña" en ese momento del columpio, y que nadie podía pasar. Solo estábamos ella, una de mis hermanas y yo, que esperaba impaciente a que dejara de hacer el tonto. Puesto que mis requerimientos verbales no funcionaron, utilicé la fuerza y avancé... ella se cayó al suelo y, cuando reaccionó al susto, empezó a quejarse de un brazo. Su madre, que andaba cerca, al oirla llorar se acercó corriendo y decía que se había roto el brazo. Empezó a preguntar qué había pasado y yo... ejem... me hice la sueca totalmente con un "no sé, creo que se ha resbalado" y el apoyo de mi hermana que lo había visto todo. Tampoco hablé nunca de lo realmente sucedido con mi hermana, pero no se me olvidará jamás.
Son ese tipo de hechos los que distinguen a las personas: a mi me da una vergüenza horrorosa, a otros, posiblemente, le supondría una primera lección de cómo conseguir salirse con la suya.

Un beso

israel dijo...

Sí, supongo que de pequeños todos hemos hecho cosas así. Pero creo que se hacen sin maldad no como los adultos que actúan a veces con premeditación.

Alguna vez, de mayor, me he encontrado con mi amigo "A" y he estado a punto de preguntarle si se acordaba, tenía la duda de saber si se acordaría o si para él aquéllo sucedió en otra vida, quizá ni se acuerde.
Me gustaría preguntarle alguna vez y decirle la verdad, que mintieron por mí y yo mentí por nada.

Gracias a las dos por comentar.

Leeti, rebusca en tu baúl seguro que hay algo por ahí que merece la pena recordar.

Marible, no hay nada como la complicidad de una hermana jeje. Fue un acto infantil, nada de lo que uno deba avergonzarse, al menor, eternamente.

Missy dijo...

Eyyy!!no estés triste!! que no me entere yo, ehh??... son estos días grises de invierno, que con el frío, la lluvia todo parece más cuestaarriba...
te mando un enlace para que te rías un poco, a mí me hizo gracia, jaja
http://es.youtube.com/watch?v=yW_HZ1_ZIY4
y si no te hace gracia, mándame un mail y te cuento cualquier tontuna que se me ocurra :).
Sabes??a mí me pasó igual una vez de pequeña con 9 años o así... le robé una pelotita votante rosa a una amiga... no sé porque lo hice, era una tontería, pero me encapriché de ella, aprovechando que estaba en el baño, con nocturnidad y alevosía me llevé su pelota, jeje. Cuando volvió y no estaba me preguntó si se la había quitado y lo negué cual San Pedro... varias veces, jeje... mis amigas me defendieron tb, y me sentí tan, tan mal por lo hecho, que al día siguiente se la devolví y le regalé otra...
Son quizá cosillas que nos pasan de niños, a í me hace gracia recordar esas cosas, jeje!!...
Un besazooo!!

Missy dijo...

Jajaja!!muy bueno el video!!al final pensaba que el gato se iba a lanzar sobre el cuello del cámara... te mando otro enlace... un video que a mí me hizo mogollón de gracia!! (aunque no tiene mérito que casi todo me la hace, jeje)
http://es.youtube.com/watch?v=KgpUXr-g-ic

Ronan dijo...

Sabes, el hecho de que lo recuerdes tan claramente me hace pensar que, aunque uno de pequeño no sepa lo que es "la moral", "la culpabilidad", etc, sí que tiene el concepto dentro de sí mismo, y cuando hace algo que sabe que está mal, le da una importacia significativa y aunque luego "se vaya a jugar", lo recuerda toda la vida.

Yo cuando era pequeño, pero no tanto, de unos 11 o así, provoqué que mi mejor amigo tuviese que examinarse de un examen del que se iba a librar por un despiste de la profesora (que no tuvo conmigo, por lo que sí me mandó al examen). Uff, cada vez que lo recuerdo me siento como un ser rastrero. Encima mi amigo ni siquiera se enfadó conmigo...

Jules dijo...

Hola

Con que te recuerdo a un programa infantil eh... xD
Por cierto gracias por pasarte por mi blog, por curiosidad he leído esta entrada y me ha encantado.
Adeu!

The Seeker dijo...

Por un momento pensé que todos tus compañeros de clase se iban a levantar uno por uno diciendo que también te habian visto. Igual que en las peliculas¡.
A mi también me gustan mucho las historias que nos pasaban cuando eramos pequeños, y siempre q tengo oportunidad, pregunto a amigos mios si se acuerdan de "tal cosa" y de como la vivieron ellos. O sea, q yo si le hubiera preguntado a tus dos pequeños amigos porque actuaron asi. Pero bueno, es más anecdótico que otra cosa.

Un saludo.

Rose dijo...

Una entrada increible y un recuerdo muy bonito. Bonito porque un niño no es culpable de nada, hiciste algo que cualquiera hubiera hecho con tal de no pasar por la verguenza de tener que admitir que, nuevamente, se te había olvidado. Escribes muy bien!

Espero que esta mala racha de tristeza se pase pronto (suelen ser rachas y nada más, que vienen seguidas por felicidad. Cómo podríamos ser felices sin haber estado tristes antes, y comparar nuestra situación actual con la pasada para saber lo bien que está nuestra situación?)

Rose dijo...

Ya me contarás. Hay cada vecino.... :( Desgraciadamente. Pero me alegro mucho de que les hayas rescatado, eso dice mucho de ti :)

Anónimo dijo...

La moralidad existe dentro de cada uno desde que se es pequeño, es cómo te enfrentas a ella lo que hace la diferencia. Tú te sigues sintiendo "culpable" aún después de tantos años, si no fuera así le habrías preguntado a tus amigos por qué mintieron...
El miedo hace que actúes de formas totalmente insospechadas, como en tu caso, un niño "bueno" mintiendo a su profesora... Yo también mentí de pequeña por culpa del miedo... No es algo de lo que me sienta orgullosa, pero hay veces que actúas sin pensar y en lugar de retroceder, avanzas a costa de lo que sea... Aunque luego no tengas esperanza ninguna de llegar.
Gracias por comentar en mi blog. Me ha gustado mucho el tuyo.
Saludos!!

Leolo dijo...

hola israel, a que no sabes quien soy? :P

Una princesa más dijo...

Hola Isra!

Me paso por aqui para desearte...
Feliz Navidad!!!

Muchos besis!

Patrick Tamellini dijo...

Illo... porque en vez de linkar diréctamente a mi plato no te lo bajas a tu servidor... gratuito.

Un poco de nettiquete por favor.

Mariquilla Delirios dijo...

es un post muy humano, por desgracia mis platos fueron mas grandes, no de chica, pero si de más mayor...

Igualmente depues de aquello he intentado romper los menos posibles..

Pero dice mucho de ti que recuerdes una cosa así, y te sientas de esa manera despues de tantos años...

Anónimo dijo...

hola, escribes muy bien! me gustaria saber tu messenger... lo puedes poner en la pagina? o como te mando el mio privado?

Amor a la vida dijo...

Una historia preciosa, me ha encantado. Gracias por hacerme reir xD, tienes unos golpes muy graciosos jeje eres el primer blog que le o y me e reido a carcajadas jajaj Gracias Isra,me gustaria ponerme en contacto contigo por msm o algo.