lunes, 25 de mayo de 2009

La Mariposa




Creo que una de las primeras supersticiones de las que fui consciente fue aquélla de que si una mariposa blanca (¿tenía que ser blanca?) pasaba junto a ti era sinónimo de buena suerte. No sé si fue anterior o posterior a la del gato negro.
A veces me preguntaba qué pasaría si un gato negro y una mariposa blanca pasaran junto a mí al mismo tiempo, ¿se anularían ambos efectos?. También me preguntaba si contaba como buena suerte ver a una mariposa posada sobre una flor y pasar corriendo junto a ella... como el que no quiere la cosa.... ^^

Hace tiempo vi un capítulo de una serie de médicos llamada "Scrubs", una de mis series preferidas; humor surrealista mezclado con un poco de drama.
Me encanta porque aunque utilice el humor como excusa, como hilo conductor, al final de cada capítulo hay una especie de mensaje, de moraleja, y muchas veces me veo reflejado en alguna de esas reflexiones.

Uno de los capítulos trataba, a su manera, sobre el efecto mariposa o, dicho poéticamente; "El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York".
Fue curioso la forma de enfocarlo. A ver si me seguís sin perderos por el camino, voy a intentar resumirlo;
El capítulo empieza con tres de los protagonistas mirando el vuelo de una mariposa, ésta planea y se posa sobre los pechos de una atractiva mujer (Ejem!), ahí comienza todo. Carla, la mujer de Turc, le grita a éste por quedarse mirando el pecho de la mujer (hombres! ¬¬). El otro protagonista, J.D, se asusta del grito y al volverse derrama una bandeja de café que había en el mostrador. El conserje, enfadado, tiene que ponerse a limpiar el desastre.
Entonces aparece en escena una de las médicas protagonistas, Elliot, buscando ayuda para encontrar el osito de peluche de una niña ingresada a la que le prometió que lo encontraría y que sin él no se siente segura (niños! ¬¬).
Se desencadena la tormenta; Turc (el que miraba la "mariposa") tiene que operar a un paciente pero se ha olvidado su pañuelo de la suerte, con él no ha perdido a ningún paciente y le dice a su mujer, Carla, que vaya a casa a por él. Cuando ésta llega a casa se encuentra una chocolatina debajo del sofá y cuando va a darle un bocado suena el teléfono; Elliot la necesita para encontrar el peluche así que Carla, sin darle un bocado a la chocolatina, se vuelve al hospital (es enfermera) y se olvida el pañuelo de Turc, su "pañuelo de la suerte".
Finalmente, Elliot no es capaz de encontrar el osito de peluche y falla a su paciente mientras que Turc, enfadado con Carla por haber olvidado su pañuelo de la suerte, va hacia el quirófano a operar a un hombre al que había que estirparle el bazo.

La operación sale mal, el hombre muere, Turc no puede hacer nada.......

De repente volvemos al principio del capítulo, el vuelo de la mariposa....

Esta vez la mariposa no aterriza sobre los pechos de una atractiva joven sino en el escote de un hombre un poco sospechoso que está sentado justo al lado. Turc y J.D desvían la mirada con cara de asco, Carla no grita y J.D no derriba la bandeja del café así que el conserje no tiene que ponerse a limpiar y cuando llega Elliot, buscando a alguien que la ayude a encontrar el osito de peluche, el conserje se ofrece a ayudarla.
Poco después Carla va a casa a por el pañuelo de la suerte de Turc y encuentra la chocolatina debajo del sofá pero esta vez el teléfono no suena (Elliot ya no la necesita porque el conserje la está ayudando a buscar el osito de peluche) y Carla le da un bocado a la chocolatina con las consiguientes arcadas (qué esperabas, estaba debajo de un sofá, un poco de por favor!!!).
Con cara de asco y ganas de vomitar se levanta corriendo para ir al baño y allí encuentra el pañuelo de la suerte de Turc.
Así pues, vuelve al hospital con el pañuelo "mágico" mientras Elliot y el conserje encuentran el osito y se lo entregan a la niña.
Turc acude al quirófano con su pañuelo de la suerte dispuesto a operar... poco después su paciente muere durante la operación, no ha podido hacer nada por él....

¿Creéis en la fatalidad, en que hay sucesos que son inevitables, que elijas el camino que elijas todos te llevan al mismo lugar? ¿Que no te puedes salir de tu carril y que aunque consiguieras hacerlo sería en vano? ¿Existe eso que llaman destino? Si existe, ¿se puede cambiar?
Hay días en los que pienso que el destino está escrito con tinta indeleble y otros días, sin embargo, pienso que se puede borrar y escribir encima, que con cada paso que damos, literalmente, nuestro destino y el de aquéllos que nos rodean cambia, se bifurca, gira, se ladea, se transforma, se expande...
Sobre la fatalidad recuerdo un relato llamado El Guardavías, de Dickens, uno de mis relatos preferidos. Un relato enigmático donde los haya.
En él se nos presenta a un guardavías que vive atemorizado por las "visitas" de un fantasma cuyas apariciones son sucedidas por terribles catástrofes. El fantasma parece prevenirle ante un peligro inminente pero no con la suficiente claridad como para que el pobre guardavías pueda evitarlo.
Así pues, asiste impotente a cada una de las tragedias que se suceden sin poder hacer nada, con la angustia vital que ello le conlleva, preguntándose porqué, si podía evitarse, el fantasma no le dijo cómo impedirlo, porqué lo eligió a él y no a alguien más capaz....
Finalmente, el fantasma vuelve una tercera vez para advertirle pero una vez más el guardavías asiste a una representación llena de desesperación por parte de su visitante, sin entender la raíz del peligro, y esta vez la tragedia se abate sobre la figura del guardavías que acepta impasible su destino, resignado, derrotado.... porque a veces, supongo, nos rendimos, nos dejamos llevar por la marea, dejamos de luchar, perdemos la batalla antes si quiera de empezar la guerra, pensamos que tal vez es el destino que merecíamos, por terrible que sea, y que no merecemos nada mejor....

Supongo que es mejor creer que somos dueños de nuestro destino y que todo el peso de éste recae sobre nuestros hombros, nuestros actos y nuestras decisiones.
Ser los únicos "culpables", para bien o para mal, es un pensamiento alentador porque nos hace sentirnos "libres", nos sentimos los capitanes de nuestro barco y no a merced de un océano caprichoso.
Y digo que es un pensamiento alentador porque, lo que de verdad me asusta es ese miedo que a veces me atenaza, esa sensación de fatalidad que a veces tengo, que todos tenemos alguna vez supongo, esa sensación de que hagas lo que hagas no hay remedio, no hay escapatoria, no depende de ti, de que en ocasiones, simplemente, no podemos cambiar nuestro destino porque somos atraídos hacia él sin poder hacer nada, nos arrastra con una fuerza irresistible y da igual si la mariposa se posa aquí o allá, da igual cuantos caminos y posibilidades se abran ante nuestros ojos, con pañuelo de la suerte o sin él, a veces, el final, es siempre el mismo.

A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para
evitarlo.

Jean de la Fontaine

jueves, 23 de abril de 2009

El largo camino hacia la felicidad



Porno emocional, como dice Ronan, pero esta vez sin censuras, la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, al fin y al cabo, ¿a quién le importa?


Cuando era pequeño era muy feliz. Mucho. Demasiado. A veces creo que venimos a este mundo con una cantidad de felicidad predeterminada y que cuando se acaba, se acaba. Como tener una cantimplora en el desierto, hay que dosificarla gota a gota porque una vez que se termina...

No recuerdo exactamente qué edad tenía en esta foto pero lo que sí recuerdo es a qué época pertenece, a la época en la que tenía la cantimplora llena.

Recuerdo claramente aquella época, mejor que épocas posteriores y volver a esa época, a mi niñez (mentalmente, claro), es como una vía de escape, como mi lugar mágico, no es algo que haga para torturarme, creo, sino para recordarme que se puede ser feliz y soñar como cuando eras niño, para recordarme el niño que un día fui, de dónde vengo y hacia dónde quiero ir.
Cuando eres pequeño la felicidad es más completa; supongo que es lo que tiene vivir en la ignorancia, ajeno a casi todo.

Oh! cuánto he cambiado... me pregunto si alguien que me conozca y entrara por casualidad en mi blog me reconocería por esta foto, ni yo mismo me reconozco, ay! qué gracioso era! ^^

Y ni hablar de mi personalidad, nada que ver. Entonces soñaba con alcanzar el cielo, pensaba que si mirabas la luna llena te quedabas atrapado en ella, me asustaba la oscuridad y creía que los futbolistas no lloraban (eso me decía mi padre para que dejara de llorar, y lo conseguía). Oh sí, pensaba todas esas cosas, ya lo creo. Un poco distorsionadas tal vez, sin forma pero con fondo.

Echo de menos aquella época.

Una vez leí un libro en el que un preso condenado a muerte hablaba sobre lo que él pensaba era la muerte. Según él, morir era volver a la época donde uno fue feliz, regresar allí y vivir para siempre. Nunca he olvidado esa idea, es demasiado romántica para tomarla en serio si quiera pero me encanta. También es una idea peligrosa; a veces creo que si se me apareciera un fantasma (como el de Dickens) para decirme que sí, que cuando me vaya podré volver a aquella época tan feliz... creo que renunciaría a esta vida tan miserable. Suena duro pero he prometido decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y cuánto duele la verdad, ¿no?

En lo que llevamos de año han pasado muchas cosas, cosas buenas y cosas malas pero en la balanza predominan las cosas buenas, después de todo. El problema es que a veces las cosas buenas vienen acompañadas de cosa malas, o, ¿cómo explicarlo? A veces el camino a la felicidad está lleno obstáculos, trampas y oasis.
Ahora entiendo porqué algunos simplemente dejan de luchar, se dejan llevar y se rinden, viven su vida en una silenciosa desesperación.... no es fácil encontrar el camino a la Felicidad, en el caso de que lo hubiera. Al fin y al cabo la felicidad es un concepto, no es un lugar real, un destino, un ciudad a la que uno pueda viajar en avión...

Pero la "no-felicidad", la infelicidad, es una carretera de una sola dirección hacia el infierno, donde, por cierto, hace mucho frío; nada de llamas ni fuegos, un frío que te cagas... te dicen que vayas en manga corta por lo del calor y luego venga, a pasar frío durante toda la eternidad porque claro, allí no hay tiendas de ropa. Ése es el castigo.

Ay! a veces la vida puede parecerse tanto al infierno...

Nunca he llevado bien lo de los cambios, supongo que es porque llevo tanto tiempo estancado en el mismo lugar que cuando ha llegado la hora de hacer las maletas y moverse se me ha olvidado por dónde sale el sol.
Los cambios son siempre difíciles al principio, cuesta dejar el camino por el que siempre has caminado para tomar otra ruta distinta que no sabes a donde lleva. Cuesta mucho. Al menos a mí me cuesta mucho, demasiado.
He empezado a hacer cosas que debería haber hecho hace muchos años, en mi otra vida, pero dicen que nunca es tarde. Y algunas de esas cosas me cuestan, oh sí, ya lo creo. A veces me pregunto si merecen la pena. Me gustaría que me dijeran si voy a llegar a la meta o si me voy a perder por el camino, para no perder el tiempo, para ahorrarme el sufrimiento. Pero supongo que la gracia está ahí, en no saber qué hay en la siguiente curva del camino.


Incluso el amor, o algo parecido al amor, con su misma ropa, se paseó delante de mi puerta durante unos días.

Ah! ha sido tan bonito...

La idea de encontrar a alguien lo cambia todo, te abre los ojos, como si alguien disparara una bengala en medio de la oscuridad e iluminara todo lo que te rodea mostrándote un mundo nuevo, sin sombras, tan cercano, llenándote de valor... pero la bengala se apaga con el tiempo y la oscuridad vuelve a abrazarte... pero sabes, no es la misma oscuridad, es una oscuridad mayor, más terrible. No puedes ver la luz y volver a vivir en las tinieblas, sencillamente no puedes, ¿puedes entender lo que quiero decir?

Desgraciadamente, el amor es un lujo que no me puedo permitir en este momento. O no me atrevo, al menos. Es difícil de explicar. Para amar y ser amado se requiere mucho valor que es algo de lo que no me queda.

Odio esa frase que dice "hay trenes que sólo pasan una vez en la vida..." joder pero qué clase de trenes son ésos ¬¬ ¿Por qué no pueden pasar una y otra vez hasta que los indecisos y los que tenemos miedo reunamos el valor para subirnos?. ¿Por qué? No digo que pasen eternamente pero necesito más tiempo...

Cuando me pasa algo bueno, y mucho más cuando me pasa algo malo, cojo impulso, cierro los ojos y corro, corro sin parar, sin detenerme ante nada, saltando los obstáculos que creía insalvables con una facilidad increíble, lo que antes eran montañas de problemas ahora convertidas en simples piedras, los océanos en charcos.. corro hacia delante sin mirar atrás lleno de esperanza, o desesperación, tanto monta monta tanto. Y de repente, cuando pierdo el impulso, cuando lo que sea que me impulsaba me abandona, como ahora me ha abandonado, abro los ojos y me encuentro perdido, sin saber dónde estoy exactamente, y con miedo, mucho miedo, miedo a lo desconocido.

Pero como decía antes, estas semanas pasadas no han estado del todo mal, mirando en perspectiva, muchas cosas han cambiado, otras cambiarán y algunas permanecerán igual, porque hay cosas que nunca cambian, simplemente algunas cosas me superan, escapan a mi capacidad, requieren de un esfuerzo del que carezco, o al menos así lo creo yo.

Aunque pensé que los cambios traerían algo de paz a mi espíritu, no ha sido así, qué irónico! Cambiar tiene un precio.... siento una ansiedad tan grande, tan tan tan grande que se hace difícil hasta respirar, es como si tuviera una soga alrededor del cuello. Una angustia vital que me consume, estoy en un estado de colapso mental, como si caminara por una cuerda floja.... y a veces quiero caerme.... Nunca me había sentido así, demasiados cambios, el miedo y la esperanza son un cóctel mortal.
Cuando más cerca estás más lejos parece, cuanto más lo intentas más difícil se hace, cuanto más arriesgas, más pierdes. Si te alejas de la soledad te quedas solo. Si decides vivir más mortal te sientes. Quiero y no puedo, puedo y no quiero. No veo el principio ni veo el final, a mitad de camino de ninguna parte...

Qué largo parece el camino hacia la felicidad....

Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te
encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas

Pablo Neruda

martes, 6 de enero de 2009

Se acabó el cuento de Navidad


La Navidad ha terminado, casi puedo sentir cómo el espíritu navideño deja mi cuerpo un año más. He sopesado la posibilidad de secuestrarlo y pedir rescate por él pero creo que lo mejor es dejarlo marchar. Durante el resto del año debemos apelar a nuestro propio espíritu, y si no lo tenemos debemos buscarlo porque sin espíritu es difícil sobrevivir.


No sé si son los residuos de la Navidad pero creo que este año será un gran año. Supongo que todos pensamos igual cuando comienza un nuevoaño, no puede ser de otra manera, hay que ser optimista.
Por supuesto uno debe poner de su parte, no debe dejar las cosas al azar (aunque éste se presenta cuando uno menos se lo espera) debe ser optimista, positivo, valiente... enfrentarse a sus miedos, porque si no te enfrentas a tus miedos éstos acaban devorándote, no puede ser de otra forma. No se puede vivir huyendo porque tarde o temprano te alcanzan. Así he vivido durante mucho tiempo.
Aunque claro, es más fácil decirlo que hacerlo, a la hora de la verdad las cosas no son tan fáciles como parecen, a veces requieren de un esfuerzo que uno no puede permitirse o, simplemente, se atreve a hacer. No todos somos iguales, ni vivimos la misma vida.
Todos nos hacemos propósitos para el año que empieza, todos pensamos que éste será el año en el que se cumplan todos nuestros sueños. Creo que en lo personal todos queremos lo mismo, salud, amor, ect... es normal. Pero cada uno tiene sus prioridades, sus puntos débiles a mejorar.
Yo por ejemplo quiero cambiar algunos hábitos, ser más optimista, positivo, más ambicioso. Necesito encontrar un trabajo que me proporcione estabilidad. Tengo que salir más, no decir siempre "No gracias, no me apetece". Conocer gente, divertirme más, dedicar más tiempo a las cosas que me gustan (leer, tocar la guitarra, ect). Estudiar más, tomármelo más en serio. Acostarme antes, obligarme a dormir lo necesario para no parecer un Zombie por las mañanas. Menos Internet y más salir a la calle, al mundo que espera ahí afuera. Menos ansiedad y comeduras de tarro y más seguridad en mí mismo, más confianza. más autoestima.... menos sueños despiertos y más realidad, no es bueno dejar volar la imaginación a lugares de los que es imposible volver.
Puestos a pedir, también me gustaría aprender mecanografía, a escribir con todos los dedos y no sólo con 3 que parezco E.T.E! Me gustaría viajar a algún lado, hacer algún curso de nutrición, conocer gente, volver a estudiar inglés (esto lo dejaremos para otro año), montones de cosas....
Como dije en mi anterior entrada, me gustaría que en las próximas Navidades pueda mirar atrás y sonreír, o sentir pena porque ha sido un gran año y se acaba.
Las personas necesitamos sentirnos realizadas, sentir que evolucionamos y no nos estancamos. Necesitamos sentir esperanza, tener una meta, una misión, un objetivo, algo a lo que agarrarnos, algo que nos motive y nos ayude a seguir adelante. Necesitamos también tener a alguien cerca, saber que no estamos solos, que siempre tendremos un hombro en el que apoyarnos, alguien a quien acudir en busca de compresión... así ha sido siempre y siempre será así. No se trata de dependencia, se trata simplemente de que las personas nos necesitamos.

En fin, otra vez me he puesto trascendental... sólo necesitaba escribir.
El año que viene veremos cómo ha sido este año recién nacido, veremos dónde quedaron nuestros sueños y esperanzas, si se cumplieron o si se las llevó el viento. Si cometimos los mismos errores o aprendimos la lección. Si el amor llamó a nuestra puerta, si avanzamos o retrocedimos, si evolucionamos hacia una persona mejor, más completa. Si encontramos lo que buscábamos o si perdimos lo que ya teníamos....
Espero que estemos todos para averiguarlo.
"...y por si no volvemos a vernos: buenos días, buenas tardes y buenas noches. (El Show de Truman)"