domingo, 3 de agosto de 2008

20 Céntimos


Soy una persona descreída, desconfiada, pesimista... aunque siempre he dicho que estoy hecho de un 50% de pesimismo y un 50% de optimismo, es decir, soy un pesimista optimista o un optimista pesimista, es contradictorio lo sé pero es así, cada día me debato entre mi falta de fe en la humanidad y mis ganas de tener fe, mi necesidad de creer en la gente.


El viernes, 1 de agosto para más señas, mi cuñado me llevó a Alicante para dejarme en la estación de autobuses a la vez que recogía a mi hermana para que ellos se volvieran a casa de él y yo volviera a la mía después de pasar unos días con él.


Llegué con el tiempo justo para coger el autobús de las 7 y cuando entré en la estación había una cola enorme así que no había duda de que perdería ese autobús y me tocaría esperar más de una hora hasta el siguiente.
Cuando me puse en la cola alguien se puso detrás de mí, era un extranjero, inglés me parece, que me preguntó si yo era el último, le dije que sí (yes!) y nada, a esperar a que la cola avanzara. Cuando estaba llegando al final sin saber qué hora era, cuántos minutos quedaban para que perdiera el autobús, la cajera/dependienta/vendedora de billetes se levantó y dijo que había que cambiarse de cola porque iba a cerrar su caja, los que quedaban detrás de mí tendrían que volver hacer cola en la de al lado. Entonces el chico inglés me hizo gestos, quería saber qué había dicho la mujer.
Tener que explicarle a una persona que tenía que abandonar la cola en la que estaba esperando desde que murió Chanquete y encima en inglés era demasiado para mí así que empecé a balbucear una jerga que sólo los esquimales podrín entender hasta que le dije, "mira, tú quédate aquí, junto a mí", algo así, me daba pena, un extranjero que apenas podía comunicarse, me recordó a mí, a mi incapacidad para comunicarme con mis congéneres siquiera en la misma lengua que compartimos.
Entonces llega mi turno y le pido billete para las 7 y la chica me dice que no hay, que me da para las 7:45 pero que si veo el autobús de las 7 que se lo diga al conductor a ver si puedo subir.
Llega la hora de pagar, 3,20 euros!
Retrocedamos en el tiempo......
Yo, o sea yo mismo (myself), en el coche de mi cuñado pensando, "¿cuánto vale un billete, eran 2,85 no? Pues coge 3 euros, no cogas 5 por si acaso te falta, tú coge 3 euros que si te falta dinero a lo mejor te cae del cielo".
Volvemos al presenta que ahora ya es pasado.....
"Son 3,20...." Por qué me haces esto!?!?! Tanto tiempo nadando en la cola para ahogarme en la ventanilla de una estación de autobuses.
Le digo a la chica, "espera, que no tengo, voy a por dinero", se me cae el mundo encima y entonces, de repente, aparece mi amigo el extranjero y con un gesto me dice, "yo pago", me quedo sin palabras, un gesto de altruismo delante de mí! En serio? Que alguien me pellizque! Dónde está mi camara que esto lo tengo que grabar!!! Pensaba que eran cosas que pasaban en el cine, una leyenda urbana, gente desinteresada ayudando a alguien en apuros... y allí estaba yo, congelado por la amibilidad de una persona desconocida que me evitaba tener que ir a por 20 míseros céntimos, volver a hacer cola y perder el autobús.
Cuando se ofreció a pagarme esos 20 céntimos empezó a rebuscar en su cartera y por un momento pensé que no tendría, deseé que los tuviera, no por mí si no por él, su gesto no podía quedar así, no sería justo joder, pero sacó un billete de 10 euros, Dios bendiga los billetes de 10!!!
No sabía qué decir, se puso de manifiesto mi incapacidad para expresar emociones, pensé en darle un abrazo pero quizá que sería un poco desproporcionado así que le dije, "gracias", palabra universal que hemos inventado los españoles para casos como éste (this) y él dijo otra frase universal que, además, me encanta, "Hoy por tí y mañana por mí" sólo que el abrevió y dijo, "mañana por mí", me quedé mirando la ventanilla hasta que me di cuenta de que no tenían que devolverme el cambio, mi misión allí había terminado así que me quedé mirándole y lo hice, le di un golpe en la espalda, cercano al hombro (shoulder), un gesto amistoso, y le dije otra vez (again), "gracias" (thank you).
Me fui corriendo, llegué al autobús y le pregunte a la conductora, vas para ##### --> [nombre de mi ciudad (city)] y me dijo que sí, y que se iba ya pero yo aún tenía que encontrar a mi cuñado y su coche para recoger mis cosas así que tuve que dejarlo partir pregúntandome en que clase de mundo vivimos en el que una buena acción no tiene recompensa, en que al final había perdido el puto --> [palabra española muy fea (ugly)] autobús.
Pero todas las buenas acciones, hasta las más pequeñas, tienen su recompensa o eso me gusta pensar.
Me alegró el día, me conmovió, estas cosas me conmueven, me derriten, me ayudan a soportar cosas como el vídeo que había visto esa misma mañana en un telediario de una chica dándole una paliza a otra, me hacen ver que no todos son "malas personas", me hacen tener fe o a no perder la poca que tengo.
Cuando uno dice "hoy por ti y mañana por mí" lo que en verdad está diciendo es, "le debes 20 céntimos al primer desconocido que los necesite y se cruce en tu camino puesto que tú y yo no nos volveremos a ver nunca, no rompas la cadena, estás en deuda con alguien que aún no conoces, le debes 20 céntimos al destino amigo, salda tu deuda con el universo!".
Cada pequeño acto de bondad, por insignificante que sea, se propaga
infinitamente en el espacio y en el tiempo, cambiando vidas desconocidas para
aquel cuyo espíritu generoso originó ese eco benigno, porque la bondad se
transmite de unos a otros y crece cada vez que esto ocurre, de tal suerte que un
mero acto amable se transforma, años más tarde y mucho más lejos, en una
demostración de valor y altruismo.
Así ocurre también con cada pequeña mezquindad, cada manifestación de odio,
cada acto malvado.

H. R. White

10 comentarios:

Solcito dijo...

El final de tu entrada me recordó a la película "Cadena de favores"...

Es verdad, no todas las personas son "malas personas", es cierto que vivimos en una sociedad egoísta, que poco se preocupa por su prójimo, pero sin duda queda gente dispuesta a tenderte una mano...

Saludos.

Missy dijo...

Uffff!!leyendote he vivido tu historia, anda que no me conozco esa estación de autobuses, para ir donde veraneo, cerquita de Alicante, paso por esas estaciones, y me he visualizado esperando esas interminables colas, jeje!!... me ha encantado la historia, eres buena gente aunque esto siempre lo he pensado. siempre he creído que cuando haces algo bueno por alguien, surge tb una cadena de favores... es como si la vida te lo devolviera con otras pequeñas cosas...
He leído tu comment en la historieta que escribi, muchas graciaaaaas!! te iba a contestar allí pero me ha pegado mucho la contestación para tu post, así que te contesto tb aquí... así que chico de ojos tristes te diré que seguro que algún día vivirás una historia así, parecida, seguro que si... y tb espero que cuando pase me lo hagas saber y lo escribas a los cutro vientos, me encantará saber que estás bien.
Un besazooooooooo y sonrie siempre!!muaaaaks

Beth dijo...

Cadena de favores...

No cuesta tanto hacer las cosas por los demás.

Me has dado una idea para escribir una entrada sobre el tema.

*Muak*

Una princesa más dijo...

Algo parecido vivi yo el otro dia, estaba en mi trabajo y a un chaval le faltaban creo que 30 centimos o por ahi para comprarse lo que queria y una mujer se los dio tan alegremente.
Y me hizo gracia porque el niño era el tipico pijo, con todo de marca y que su papa se lo da todo, todo y la mujer tiene problemas de vision y trabaja vendiendo cupones. Lo que es la vida.
Pero estoy segura que si la situacion hubiera sido al contrario el no se lo habria dado a ella, vamos que me juego la mano.

En fin, que a veces hay que confiar mas en la gente...

Besis

Unknown dijo...

Yo "perdí" la cartera en atocha pero encontré a gente capaz sin conocerme de nada, de ayudarme a recolectar para comprar un billete para volver a Murcia. Cuando estaba en el tren de camino, lo pensaba y no podía ni creerlo, fue mi suerte, asumo que la lotería ya nunca me va a tocar.

Maribel dijo...

A mí también me ha recordado a "Cadena de favores", y desde que ví esa película, intento hacerlo. Me he dado cuenta de que muchas veces que he tenido algún apuro me he encontrado personas que me han echado un cable desinteresadamente. Y son cosas que no se olvidan, porque en un momento determinado te sacan de un problema que puede ser gordo.
Muy buena la historia, y muy bien contada. Muchas gracias, Isra. Un beso

Ronan dijo...

A mí me encanta escuchar este tipo de historias que te hacen recordar que sí, hay por ahí gente buena. Supongo que con todo lo que te hemos dicho, si no has visto ya la peli, querrás verla, jeje. La verdad es que es preciosa, y lo mejor de todo es que según oí está basada en un hecho real, y eso lo hace todo aún mejor. (Y como en tu historia, no todo acaba maravillosamente bien, pero el mensaje es que no se trata de esperar una recompensa, sino de intentar humanizar el mundo).

Me he reído mucho con la traduccción simultánea =D Cómo está tu madre después de la operación?

israel dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios "desinteresados" jeje.

Sí ronnan, he visto la película, me encantó.

PD. Mi madre bien, gracias, me arcodé de ti cuando estuve en el hospital con tantos enfermeros y tal.

The Seeker dijo...

sino recuerdo mal, ya habia salido a relucir en tu blog la peli cadena de favores. no? a lo mejor es solo un "deja vu".


El otro dia me paso algo parecido. A una mujer a la que le tenia que dar una cantidad de dinero, me equivoque y le di 9 y pico euros de mas. La mujer hora y media mas tarde, se tomo la molestia, se presento y me devolvio el dinero que le habia entregado por error.¡ Todo un gesto.

Adios (bye) jeje

Amor a la vida dijo...

Me he reido mucho como has contado la historia xD, tienes mucha gracia contandolo jeje. un saludo y sigue escribiendo que quiero seguir leyendote xD