lunes, 11 de agosto de 2008

20 Euros




Esta tarde volvía a casa y me he encontrado 20 euros tirados en la carretera. Ésta sería una buena noticia si no fuera porque, irónicamente, esos 20 euros, eran míos.

Comienzo de la historia...
Todo empezó el día que un desconocido me dejó 20 céntimos.......


En mi anterior entrada dije que era un persona mitad optimista mitad pesimista.... mentira cochina, soy 100% pesimista, lo de mi optimismo son brotes de euforia transitoria que me sobrevienen de vez en cuando gracias, supongo, a que soy un poco bipolar.


Otra cosa que no dije en mi anterior entrada (omisión piadosa) es que cuando el desconocido me dejó los 20 céntimos... bien, poco después me puse a pensar en que algo malo me ocurriría para compensar ese acto de altruismo sin precedentes a este lado del mundo, porque siempre he creído que hay por ahí suelta una ley de compensaciones que no permite que haya barra libre en esto de que pasen cosas buenas, o malas.

Estos días me ha dado por pensar en el Karma y eso que yo no soy muy esotérico ni nada de todo eso pero empecé a ver una serie que habla, en plan de comedia, del karma y sobre el hecho de que a aquellos que hacen cosas buenas les pasan cosas buenas mientras que los que hacen cosas malas sólo reciben cosas malas, acción y reacción.
Suena bien pero es difícil creer algo así en el mundo en el que vivimos, aquí, por desgracia, los malos muchas veces ganan y no reciben castigo y no podremos saber, si como dice el Karma, lo que hagas en esta vida repercutirá en tus vidas venideras y los que han sembrado el mal en esta vida recibirán su castigo en la siguiente.


En fin, que me pierdo y no sé ni lo que digo.....


El otro día, pocos días después de lo de los "20 céntimos", estaba esperando el autobús con mi hermana y se nos acercó un chico que necesitaba dinero para comprar un billete a Elche, nos contó una película susceptible de ser mentira pero bueno, tenía tan reciente lo de los 20 céntimos que por poco acabo atracando a mi hermana para que le diera 1 euro porque yo no llevaba suelto.


Universo! ahí tienes 1 euro, quédate con el cambio......

Volvamos al día de hoy....
Debería haberlo previsto, alguien tan pesimista como yo, con mi "ley de la compensación". El caso es que esta tarde, después de comer, fui al súper a comprar y decidí coger la bici para ir dando un paseo.... nada más bajar de la acera se me ha salido la cadena y por poco me pego una torta de las buenas, todo el camino ha sido un sin vivir porque aunque la he vuelto a poner en su sitio, mi bicicleta mostraba claros síntomas de embriaguez y he llegado al súper de una pieza de milagro. Pero cuando he entrado he mirado mis bolsillos y, por arte de magia (tachán!), los 45 euros que había cogido para comprar habían desaparecido.
He intentado creer que me los había olvidado en casa dada mi afición a ir a los sitios sin dinero pero no, estaba seguro de haberlos cogido.
He deshecho el camino, pero esta vez con la bici a mi lado, para ver si por casualidad los veía.


Dentro de mí ha empezado a crecer una rabia y una frustración tremenda que iba más allá de la pérdida de esos 45 euros (madre mía con lo pobre que estoy!), me daba rabia!!! mi puñetera mala suerte, me he puesto a pensar y he empezado a montarme una película sobre mi mala suerte... ahora lo pienso y veo que era exagerado a pesar todo pero es que en ese momento ya estaba delirando.

Cuando más cabreado estaba he mirado hacia el otro carril y he visto algo parecido a un billete, me he acercado y he visto 20 euros, por un momento pensé que recuperaría el dinero pero no, eran sólo 20 euros... "¡¿pero qué broma es ésta?! Qué pasa aquí, que alguien ha encontrado los 45 euros, ha cogido 25 euros y me ha dejado la propina, el cambio???!!!" Me ha dado más rabia encontrar esos "sólo" 20 euros que haber perdido los 25 porque parece que, cuando más enfadado estaba, alguien haya pensado, "venga! toma 20 euros y confórmate, más se perdió en la guerra".

Jo! me prestan 20 céntimos y acabo perdiendo, pocos días después, 25 euros, no sé, me parece un poco desproporcionado, si me llegan a dejar 20 euros en vez de 20 céntimos ahora estaría en la ruina.

En fin, me he llevado un disgusto y he aprovechado para divagar una vez más en mi blog.



PD. Me gusta pensar que aquel que ha encontrado mi dinero lo necesitaba más que yo, que el universo, sin mi permiso, ha decidido prestárselo. Espero que ese alguien sepa que está en deuda con el universo.....






El universo con todas sus pompas y con toda su hermosura es un caos para el
hombre sin fe.

Juan Valera (Escritor español)



domingo, 3 de agosto de 2008

20 Céntimos


Soy una persona descreída, desconfiada, pesimista... aunque siempre he dicho que estoy hecho de un 50% de pesimismo y un 50% de optimismo, es decir, soy un pesimista optimista o un optimista pesimista, es contradictorio lo sé pero es así, cada día me debato entre mi falta de fe en la humanidad y mis ganas de tener fe, mi necesidad de creer en la gente.


El viernes, 1 de agosto para más señas, mi cuñado me llevó a Alicante para dejarme en la estación de autobuses a la vez que recogía a mi hermana para que ellos se volvieran a casa de él y yo volviera a la mía después de pasar unos días con él.


Llegué con el tiempo justo para coger el autobús de las 7 y cuando entré en la estación había una cola enorme así que no había duda de que perdería ese autobús y me tocaría esperar más de una hora hasta el siguiente.
Cuando me puse en la cola alguien se puso detrás de mí, era un extranjero, inglés me parece, que me preguntó si yo era el último, le dije que sí (yes!) y nada, a esperar a que la cola avanzara. Cuando estaba llegando al final sin saber qué hora era, cuántos minutos quedaban para que perdiera el autobús, la cajera/dependienta/vendedora de billetes se levantó y dijo que había que cambiarse de cola porque iba a cerrar su caja, los que quedaban detrás de mí tendrían que volver hacer cola en la de al lado. Entonces el chico inglés me hizo gestos, quería saber qué había dicho la mujer.
Tener que explicarle a una persona que tenía que abandonar la cola en la que estaba esperando desde que murió Chanquete y encima en inglés era demasiado para mí así que empecé a balbucear una jerga que sólo los esquimales podrín entender hasta que le dije, "mira, tú quédate aquí, junto a mí", algo así, me daba pena, un extranjero que apenas podía comunicarse, me recordó a mí, a mi incapacidad para comunicarme con mis congéneres siquiera en la misma lengua que compartimos.
Entonces llega mi turno y le pido billete para las 7 y la chica me dice que no hay, que me da para las 7:45 pero que si veo el autobús de las 7 que se lo diga al conductor a ver si puedo subir.
Llega la hora de pagar, 3,20 euros!
Retrocedamos en el tiempo......
Yo, o sea yo mismo (myself), en el coche de mi cuñado pensando, "¿cuánto vale un billete, eran 2,85 no? Pues coge 3 euros, no cogas 5 por si acaso te falta, tú coge 3 euros que si te falta dinero a lo mejor te cae del cielo".
Volvemos al presenta que ahora ya es pasado.....
"Son 3,20...." Por qué me haces esto!?!?! Tanto tiempo nadando en la cola para ahogarme en la ventanilla de una estación de autobuses.
Le digo a la chica, "espera, que no tengo, voy a por dinero", se me cae el mundo encima y entonces, de repente, aparece mi amigo el extranjero y con un gesto me dice, "yo pago", me quedo sin palabras, un gesto de altruismo delante de mí! En serio? Que alguien me pellizque! Dónde está mi camara que esto lo tengo que grabar!!! Pensaba que eran cosas que pasaban en el cine, una leyenda urbana, gente desinteresada ayudando a alguien en apuros... y allí estaba yo, congelado por la amibilidad de una persona desconocida que me evitaba tener que ir a por 20 míseros céntimos, volver a hacer cola y perder el autobús.
Cuando se ofreció a pagarme esos 20 céntimos empezó a rebuscar en su cartera y por un momento pensé que no tendría, deseé que los tuviera, no por mí si no por él, su gesto no podía quedar así, no sería justo joder, pero sacó un billete de 10 euros, Dios bendiga los billetes de 10!!!
No sabía qué decir, se puso de manifiesto mi incapacidad para expresar emociones, pensé en darle un abrazo pero quizá que sería un poco desproporcionado así que le dije, "gracias", palabra universal que hemos inventado los españoles para casos como éste (this) y él dijo otra frase universal que, además, me encanta, "Hoy por tí y mañana por mí" sólo que el abrevió y dijo, "mañana por mí", me quedé mirando la ventanilla hasta que me di cuenta de que no tenían que devolverme el cambio, mi misión allí había terminado así que me quedé mirándole y lo hice, le di un golpe en la espalda, cercano al hombro (shoulder), un gesto amistoso, y le dije otra vez (again), "gracias" (thank you).
Me fui corriendo, llegué al autobús y le pregunte a la conductora, vas para ##### --> [nombre de mi ciudad (city)] y me dijo que sí, y que se iba ya pero yo aún tenía que encontrar a mi cuñado y su coche para recoger mis cosas así que tuve que dejarlo partir pregúntandome en que clase de mundo vivimos en el que una buena acción no tiene recompensa, en que al final había perdido el puto --> [palabra española muy fea (ugly)] autobús.
Pero todas las buenas acciones, hasta las más pequeñas, tienen su recompensa o eso me gusta pensar.
Me alegró el día, me conmovió, estas cosas me conmueven, me derriten, me ayudan a soportar cosas como el vídeo que había visto esa misma mañana en un telediario de una chica dándole una paliza a otra, me hacen ver que no todos son "malas personas", me hacen tener fe o a no perder la poca que tengo.
Cuando uno dice "hoy por ti y mañana por mí" lo que en verdad está diciendo es, "le debes 20 céntimos al primer desconocido que los necesite y se cruce en tu camino puesto que tú y yo no nos volveremos a ver nunca, no rompas la cadena, estás en deuda con alguien que aún no conoces, le debes 20 céntimos al destino amigo, salda tu deuda con el universo!".
Cada pequeño acto de bondad, por insignificante que sea, se propaga
infinitamente en el espacio y en el tiempo, cambiando vidas desconocidas para
aquel cuyo espíritu generoso originó ese eco benigno, porque la bondad se
transmite de unos a otros y crece cada vez que esto ocurre, de tal suerte que un
mero acto amable se transforma, años más tarde y mucho más lejos, en una
demostración de valor y altruismo.
Así ocurre también con cada pequeña mezquindad, cada manifestación de odio,
cada acto malvado.

H. R. White