Después de un par de semanas sin poner un pie fuera de mi casa debido a una pequeña operación en el pie hoy por fin me decidí a salir a caminar.
Estaba lloviendo y decidí dar una vuelta,me encanta la lluvia y se estaba bien en la calle.
El invierno me atrae,los días nublados me gustan,tienen su encanto no lo puedo evitar,supongo que el invierno va más con mi personalidad melancólica.
Siempre me he preguntado qué época del año es la peor para sentirese solo,la que más penaliza eso llamado soledad y sinceramente creo que esa época es el invierno.
En verano las calles entán repletas de gente a todas horas,hay mas luz,hace mejor temperatura y uno se siente un poco más aislado que de costumbre pero en invierno no soporto la soledad,es una época triste,melancólica,romántica y de alguna manera siento que necesito la compañia más que nunca.
También me gusta la Navidad,me encanta y a veces pienso que soy el único en este planeta al que le gusta porque cada vez hay menos gente que aprecie el espiritu navideño más allá del consumismo y toda la parafernalia que esto conlleva.
En navidad la soledad me mata,me parece la época ideal para tener a alguien a tu lado,para disfrutar de la compañia de alguien especial,hasta ahora no ha sido así pero no pierdo la esperanza.
En los últimos meses he tenido momentos realmente difíciles,tanto es así que por momentos he estado a punto de derrumbarme,de rendirme y es entonces cuando he visto el problema de cerca,cara a cara,y he llegado a la conclusión de que necesito que en mi vida hayan rayos,truenos y relámpagos para poder salir adelante porque cuanto más sufro más cerca estoy de enfrentarme a la verdad,de "dejarme" ayudar,de encontrar el camino que me saque de este atolladero en el que llevo tanto tiempo metido.
Sin embargo,cuando esquivo la tormenta,cuando llega la calma,me olvido de luchar,de buscar un hombro en el que apoyarme y pienso que todo ha terminado,me engaño pensando que ha sido algo aislado y que la tormenta no volverá pero vuelve,siempre vuelve.
En la tranquilidad me pierdo,es decir,en épocas tranquilas como la de ahora me relajo demasiado y pierdo la perspectiva,me alejo de mi problema y,a la vez,de su solución.
Dicen que situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas y cuanto más desesperado se está más cerca se encuentra uno de actuar,cuando ya no hay nada que perder sólo queda luchar y así es como me he sentido en las últimas semanas,cerca del colapso,desesperado y no creo que haya nada peor que la deseperación,esa sensación de impotencia que te llena de tristeza hasta los huesos pero que de algún modo te hace revelarte y buscar una salida al precio que sea porque detrás ya no queda nada.
La ansiedad,la depresión y la tristeza son sentimientos,sensaciones abstractas capaces de derrumbar a cualquiera y que necesitan de una ayuda externa para poder superarlas o,al menos,sobrellevarlas con cierta dignidad.