lunes, 18 de febrero de 2008

Una tarde de invierno


Después de un par de semanas sin poner un pie fuera de mi casa debido a una pequeña operación en el pie hoy por fin me decidí a salir a caminar.

Estaba lloviendo y decidí dar una vuelta,me encanta la lluvia y se estaba bien en la calle.
El invierno me atrae,los días nublados me gustan,tienen su encanto no lo puedo evitar,supongo que el invierno va más con mi personalidad melancólica.
Siempre me he preguntado qué época del año es la peor para sentirese solo,la que más penaliza eso llamado soledad y sinceramente creo que esa época es el invierno.

En verano las calles entán repletas de gente a todas horas,hay mas luz,hace mejor temperatura y uno se siente un poco más aislado que de costumbre pero en invierno no soporto la soledad,es una época triste,melancólica,romántica y de alguna manera siento que necesito la compañia más que nunca.
También me gusta la Navidad,me encanta y a veces pienso que soy el único en este planeta al que le gusta porque cada vez hay menos gente que aprecie el espiritu navideño más allá del consumismo y toda la parafernalia que esto conlleva.
En navidad la soledad me mata,me parece la época ideal para tener a alguien a tu lado,para disfrutar de la compañia de alguien especial,hasta ahora no ha sido así pero no pierdo la esperanza.

En los últimos meses he tenido momentos realmente difíciles,tanto es así que por momentos he estado a punto de derrumbarme,de rendirme y es entonces cuando he visto el problema de cerca,cara a cara,y he llegado a la conclusión de que necesito que en mi vida hayan rayos,truenos y relámpagos para poder salir adelante porque cuanto más sufro más cerca estoy de enfrentarme a la verdad,de "dejarme" ayudar,de encontrar el camino que me saque de este atolladero en el que llevo tanto tiempo metido.

Sin embargo,cuando esquivo la tormenta,cuando llega la calma,me olvido de luchar,de buscar un hombro en el que apoyarme y pienso que todo ha terminado,me engaño pensando que ha sido algo aislado y que la tormenta no volverá pero vuelve,siempre vuelve.
En la tranquilidad me pierdo,es decir,en épocas tranquilas como la de ahora me relajo demasiado y pierdo la perspectiva,me alejo de mi problema y,a la vez,de su solución.

Dicen que situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas y cuanto más desesperado se está más cerca se encuentra uno de actuar,cuando ya no hay nada que perder sólo queda luchar y así es como me he sentido en las últimas semanas,cerca del colapso,desesperado y no creo que haya nada peor que la deseperación,esa sensación de impotencia que te llena de tristeza hasta los huesos pero que de algún modo te hace revelarte y buscar una salida al precio que sea porque detrás ya no queda nada.

La ansiedad,la depresión y la tristeza son sentimientos,sensaciones abstractas capaces de derrumbar a cualquiera y que necesitan de una ayuda externa para poder superarlas o,al menos,sobrellevarlas con cierta dignidad.



jueves, 7 de febrero de 2008

Ten cuidado con lo que deseas



Recientemente leí La pata de mono de W.W.Jacobs,sin duda uno de los mejores relatos de terror de la literatura.

El argumento es bastante simple pero no por ello deja de ser interesante.El relato presenta a una familia muy afable y normal mientras esperan la llegada de un invitado.Cuando este llega les depara una velada de lo más entretenida contándoles anécdotas de sus viajes por el extranjero hasta que finalmente les enseña un objeto muy extraño que guarda en el bolsillo,una pata de mono momificada que según él es capaz de conceder tres deseos.
Cuenta la leyenda que un viejo faquir le lanzó un conjuro a esa pata,se trataba de un santo muy respetado que pretendía demostrar,por un lado,que el destino determina irremediablemente la vida de las personas y,por otro,que aquellos que intentan luchar contra su destino siempre acaban malparados.

Como no puede ser de otra forma la desdichada familia acaba cediendo a la tentación y pidiendo un primer deseo a modo de broma y es entonces cuando la tregedia se abalanza sobre el matrimonio y su hijo convirtiendo sus vidas en un infierno.
Es bien sabido que es peor el remedio que la enfermedad y a cada intento de arreglar el deseo anterior se produce una situación todavía más terrible hasta llegar a un final que pone los pelos de punta.
Es un relato corto que merece la pena leer,uno de los mejores de su género,si no el mejor,y el único de su autor que alcanzó cierta fama,se dice que Stephen King se inspiró en este relato para escribir una de sus novelas más famosas,Cementerio de Animales.
Otra de las grandezas de este relato es que el autor permite al lector asirse hasta el final a un clavo ardiendo y atribuirlo todo a la casualidad o el destino.

De alguna forma en este relato se habla del destino y es algo que siempre me ha inquietado,la idea de que haga lo que haga mi destino está fijado y que es como un imán que me atrae inexorablemente hacía él,prefiero pensar que a través de mis actos puedo moldear mi destino,que soy "libre" y puedo decidir sobre él.
Otra de las cosas que me llamó la atención de este relato es el hecho de que todo en la vida tiene un precio,'el que algo quiere algo le cuesta',nada es gratis,si quieres algo tienes que pagar por ello y como sucede en este cuento a veces el precio,es demasiado alto.



"Ten cuidado con lo que deseas, podría convertirse en realidad."

Nat.